Fácil y corta ruta a su paso por el Sella, caudaloso río que recibe sus aguas de ríos como el Ponga, el Dobra, el Güeña o el Piloña, todos ellos nombres míticos de la Asturias más fluvial.

Salimos del emblemático Puente Romano, donde todos los turistas quieren sacarse “la foto”.

Poco después de pasar este, y la sidrería del mismo nombre, giramos a la izquierda, caminando unos metros por la carretera, dirección Aballe, estamos en concejo de Parres, y es que los concejos están separados precisamente por el río Sella.

Poco después, volvemos a girar a la izquierda, entre unas casas, para coger un sendero pegado al curso del río por su margen derecha, siguiéndolo hacia el sur, precisamente hacia el pueblo de Aballe, tomando al poco la Senda Fluvial de Aballe, donde descubriremos inéditos rincones como la Llongar, lugar donde el Sella remansa formando una 'tablada' que construye un auténtico embalse natural de medio kilómetro de longitud, sitio idóneo para la práctica deportiva en piragua, con su propio embarcadero, por lo que es muy fácil ver piragüistas en plena sesión de entrenamiento.

Poco después y en cómodo caminar, disfrutando de las cristalinas aguas del Sella, pasamos el pueblo de Soto Degu y un rato después llegamos al pueblo de Aballe, galardonado con el primer premio al Pueblo Ejemplar de Parres en 2013, preciosa aldea con sus casas típicamente asturianas.

Siguiendo la senda y dejando a la izquierda la Ermita de Santa María, llegamos a un desvío que tomamos a la izquierda y que nos llevará entre unas fincas, a un puente colgante sobre el Sella, el cual cruzaremos para pasar al pueblo de Caño, donde se encuentra la presa salmonera por excelencia y lugar más que recomendable de visitar.

(Otra opción es seguir hasta el mismo pueblo para ver la salmonera desde la zona izquierda de río y después cruzar la carretera que nos lleva hasta Caño, así haremos una especie de ruta circular)

Caminamos unos 200 m hasta el final del pueblo, en plena N-625, llegando al Coto Salmonero de Caño, donde se puede contemplar el gran espectáculo natural de los salmones remontando el curso del río para volver a su lugar de nacimiento y completar así su ciclo vital con el desove, y donde finaliza esta bonita ruta paralela al río Sella.

La Salmonera de Caño, que aprovecha una histórica presa de 1928, fue construida precisamente para facilitar la remontada de los salmones del Sella a través de un sistema de escaleras y pozas artificiales en el cauce del río. Como además hay pasarelas, con la debida precaución, te puedes mover entre las pozas y ver muy de cerca los saltos edificados y los saltos de los salmones.

Una curiosidad: Comentan los lugareños, aunque ya era conocido a nivel popular, que Don Francisco Franco tenía entre sus principales aficiones la pesca, y en especial la del salmón en el río Sella, es más, se dice que era muy prolífico en eso de obtener piezas codiciadas, y para ello disponía de un lugar privilegiado, situado en la Estación de Desove de Salmones, sita en Caño, en las cercanías de Cangas de Onís; en un lugar en que se concentraban cientos de ejemplares, que eran retenidos para facilitar la pesca del dictador.

Parece que un guarda, situado en la parte baja de las rocas, le enganchaba el salmón, ya que Franco no tenía ni idea de pescar, tenía más afición que conocimiento, si pescaba salmones era porque el río estaba lleno de ellos y además, quince días antes de que viniera ya cerraban el río.